El Traductor de Cambridge de Fernando Báez
Contexto: Publicado por Lengua de Trapo, «El Traductor de Cambridge» nos presenta una intrigante trama donde el forense Martín Gracia se ve envuelto en la investigación de la muerte de un famoso pintor. La peculiaridad del caso radica en el arma homicida: un proyector de diapositivas cargado de obras maestras. Este elemento plantea la inquietante pregunta de si el arte puede llegar a ser mortal.
Argumento
La novela se desarrolla en un entorno donde la belleza y el arte se entrelazan con la muerte. Gracia, acompañado por un viejo neurólogo que ha dedicado su vida a demostrar la existencia del alma, explora las posibilidades de que un cuadro de Vermeer o una sinfonía de Mozart puedan tener un impacto fatal. La intriga se complica cuando Martín se convierte en un protagonista involuntario de una serie de insólitos asesinatos.
Personajes Principales
- Martín Gracia: El forense protagonista que busca respuestas a los misterios detrás de las muertes.
- El neurólogo: Un personaje anciano que aporta una perspectiva filosófica y científica a la historia.
- El pintor asesinado: La víctima cuya muerte desencadena la investigación.
Temas Principales
- La búsqueda de la belleza: La novela explora cómo la belleza puede afectar la psique humana y llevar a consecuencias inesperadas.
- Ciencia vs. Fantasía: La obra presenta un diálogo entre la lógica científica y las creencias más etéreas sobre el arte y el alma.
- Amour fou: La historia también se adentra en el amor loco, que juega un papel crucial en la narrativa.
Opinión Crítica
Fernando Báez logra crear un thriller mágico que combina de manera efectiva los elementos de la novela de intriga clásica con una reflexión profunda sobre el arte y la existencia. Su prosa es evocadora y consigue mantener al lector en vilo, cuestionando la relación entre la belleza y la muerte.
La comparación con Chesterton es adecuada, ya que la obra presenta una rica imaginería y una trama ingeniosa que desafía las expectativas del lector. La fusión de ciencia y fantasía, junto con los dilemas éticos y filosóficos que plantea, hacen de «El Traductor de Cambridge» una lectura amena y ambiciosa.