La obra de María Spillari se sitúa en un contexto profundamente conmovedor y trágico. El 18 de abril de 1996, en Guatemala, un grupo de hombres armados irrumpe en su hogar, un acto que simboliza la violencia y la represión que han marcado a la sociedad guatemalteca. Este evento se convierte en el punto de partida para una reflexión más amplia sobre la lucha por la justicia y la memoria.
Esta obra es imprescindible para quienes desean comprender las complejidades de la historia reciente de Guatemala y la lucha por la memoria. Invito a los lectores a acercarse a este texto no solo como un relato personal, sino como un eco de las voces que han sido silenciadas en la historia. ¿Qué otros relatos de resistencia y memoria conoces que podrían enriquecer esta conversación?