La obra se centra en la pregunta fundamental: ¿Puede un sistema comprenderse a sí mismo? Esta cuestión no solo toca la filosofía y el pensamiento científico, sino que también se interrelaciona con la matemática, la física, la biología, la psicología y, de manera especial, el lenguaje. Hofstadter nos invita a explorar este enigma a través de sorprendentes paralelismos entre los grabados de Escher, la música de Bach y el famoso teorema de Gödel, que ha impactado profundamente el pensamiento del siglo XX.