En 1839, el primer cronista oficial de la recién creada República de Chile planteó una pregunta crucial: ¿Qué ha aportado Chile a la historia de la humanidad? Esta interrogante refleja la necesidad de construir una narrativa nacional que no solo uniera al pueblo chileno, sino que también ofreciera una respuesta a los desafíos contemporáneos.
A lo largo de la obra, Sagredo Baeza menciona diversas figuras históricas, pero su enfoque no se centra en héroes individuales, sino en colectividades y movimientos sociales que han moldeado la historia del país.