El relato se sitúa en el año 1895, un periodo destacado en la carrera del famoso detective Sherlock Holmes. A través de la voz de su amigo y compañero Dr. John Watson, se establece que Holmes se encontraba en su mejor forma tanto mental como física. Este relato se entrelaza con otros casos célebres que Holmes resolvió en ese año, incluyendo una intrigante solicitud del Papa para investigar la muerte del cardenal Tosca.